Otra más de la depredación del caiman o lagarto negro amazónico

Panchito corrió otra suerte, no murió en Belén, llegó masacrado a Quistococha, y la incapacidad de los expertos en fauna encargados no pudieron hacer nada por él.

Una tarde pasaba por la calle 5 en la zona baja del marcado de Belén, y me percaté que un chauchero (cargador) llevaba un imenso caiman o lagarto negro encima de sus hombros. El reptíl tenia la boca amarrada con varias sogas gruesas, y su cola rosaba el asqueroso piso belenino, media más de 2 metros.

Me dio tanta curiosidad, que me puse a seguir al chauchero, y llego hasta una mesa de una vendedora de plátanos, donde puso al animal. En menos de 10 segundos, no sé de donde salieron unas 60 personas, y se ubicaron alrrededor de la mesa, solicitando diversas partes del cuerpo. Gritaban frases como: "La cabeza es mía", o, "te pago más por el rabo", "las patas ta te las pagué".

El animal nunca entendió que estando vivo, éstas decenas de personas habían comprado su cuerpo entero parte por parte. No sé porque, me conmovi tanto con aquel animal, que pude ver los desgraciados que somos los humanos como especie. Luego de ello, e supuesto dueño saco una balanza y un paquete de bolsas de papel y comenzo a descuartizar el saurio. Los compradores sedientos de sus partes se retiraban uno a uno, contentos con sus compras. Todo ello no duro ni 20 minutos, y todos desaparecieron. No quedó rastro alguno en Belen. Una señora luego me dijo que eso pasa siempre, así es como se venden los caimanes.

De eso paso un tiempo, y últimamente en internet estoy encontrando fotos de ésta actividad, como una forma cotidiana de ganarse la vida de los algunos iquiteños. Nadie dice algo, pues las leyes supuestamente amparan ese derecho. Ya no hay caimanes gigantes, cada vez son más pequeños. Acaso no es lógico?, que ello pasa porque se está acabando con ésta especie. Algo se debe hacer.