La Paz que encontré en Bolivia

La Paz, es una ciudades latinoamericanas que me llamó la atención conocer desde mi infancia. De la Bolivia de los Jarkas, la Saya y los Caporales (siempre quise saber como era físicamente la tal “Negrita”), el diablo Echeverri, los partidos a muerte de Sporting Cristal con el Bolivar, y la inhabitabilidad del frio y la altura y los 6 goles a la Argentina del mismísimo Maradona.

Legue a la Paz en una madrugada, justo coincidió con la llegada de Café Tacvba, el termómetro marcaba menos dos grados centígrados en el distrito de El Alto, ubicado a más de 4100 metros sobre el nivel del mar. ¿Que?. En Iquitos el promedio es treinta y tres grados, para mí era algo incluso terrorífico, pero tome mis precauciones, así que a un familiar le pedí, abrigos para frió y altura, y hasta me dieron un chullo.

La sensación es la misma de estar metido en una congeladora, ni bien llegue me hice amante de la calefacción de mi habitación, confieso que estuve cerca de ella, más tiempo del que he pasado con mis enamoradas. Al despertar la mañana siguiente, sentí la primera consecuencia de la altura, me comenzó a faltar el oxigeno, y de verdad dan ganas de vomitar, tienes que respirar lentamente. El máximo efecto que me dio en la Paz, fue un pequeño descarapamiento de mi labio superior y el enrojecimiento de mis ojos, en verdad ni como la hacia para jugar fútbol.

A la hora de comer, como un loco fui a buscar mate de coca, la comida es relativamente barata, pues si un dólar ahora vale 3 soles, en Bolivia un dólar vale 7 bolivianos, y un buen almuerzo en Lima de 35 soles, en Bolivia te costaría 20 soles. La movilidad también es relativamente barata.

En las calles hay muchas mujeres con indumentaria típicas de diversos grupos originarios bolivianos, hay hartas combis como en Lima, sin embargo me sorprendió ver mujeres con indumentaria típica como cobradoras. Otra cosa que me llamó la atención son los jóvenes lustrabotas, allí usan pasamontañas, la primera vez que uno se me acercó me asusté, pensé que era un militar en alguna operación especial, total me dijeron que lo hacían por la vergüenza. También me dieron algo de miedo las manifestaciones, detonan cuetones y tiene mucha gente autóctona y pobre marchando en la calles.

La Paz es una ciudad muy linda, tiene un cielo azul, sumamente espectacular, posee edificios atractivos, gente muy amable, lugares únicos, y vistas muy atractivas. Luego de concluir mis acciones laborales, y de estar tres noches sin abusar del frío en un idilio amoroso con la calefacción. Me fui a conocer la parte monumental, en verdad me encantó, tiene museos y sitios muy interesantes. Visite un museo que contenía pinturas, orfebrería y platería boliviana, otro con restos y fotografías históricas. Otro muy interesante y que me sorprendió relacionado a instrumentos musicales. Justo hace unos meses trataba de empujar un proyecto relacionado a presentar los diversos instrumentos musicales de nuestros grupos originarios amazónicos.

Del total, algo que también me llamó la atención es ver a Miguel Grau, entre los héroes bolivianos, y un mapa de Bolivia, con el territorio peruano que incluye a Iquitos en Ecuador.

Por ahí me dijeron que el dejo loretano se parece al dejo Tarijeño, cuando estuve en el avión me dijeron que parecía mexicano por la forma de hablar, en fin son matices de nuestra Latinoamérica. También vi por primera vez una cocina solar, es muy interesante. Acá en Iquitos usarla nos ahorraría mucho en combustible.


Cuando regresé en la mañana del sábado me llamó la atención sobrevolar el Lago Titicaca, en verdad es inmenso, que ricos son nuestros países. Me gusto Bolivia, espero regresar algún día, un poco más preparado para soportar el frío.