Estos días son sorprendentemente festivos, a casi a todas las personas
que conozco los noto muy entusiasmados por la
próxima borrachera que dará
bienvenida al nuevo año 2013. En mi caso no hago preparativos, me da igual y prácticamente en mi vida no he tenido muchos fiestas de año nuevos memorables.
Sin embargo, justo hoy que estoy varado en el aeropuerto de Lima ( mi vuelo se retrazó ) aproveché para evocar algunas de esas juergas de Año Nuevo carácterizadas por ser malas experiencias. La conclusión principal (
perspectiva netamente machista) es que las mejores celebraciones de
año nuevo que un hombre puede vivir es con una compañía femenina y sin que
nadie interrumpa, pues eso de ir bailar
es más una ingrata experiencia principalmente porque esa noche todos los
lugares están llenos, hacer cola para
entrar a una fiesta es ridículo, así mismo todas las pistas de baile se llenan
dando mucha incomodidad, al mismo tiempo el servicio es pésimo por la
sobredemanda a bebidas. Al final uno sale incómodo y molesto por lo que mejor
es incluso quedarse en casa.
De las fiestas de año nuevo que yo haya vivido muy pocas he
tenido memorables, aún están en mi memoria las del año 95 la noche que conocí
al amor que marcó mi adolescencia aunque a estas alturas es obvio que nunca se
llegué a un buen puerto con ella y de eso me alegro. Las fiestas de los dos años siguientes la juerga
fue en mi casa, incluso recuerdo que la pasé vendiendo cerveza y con nueva compañía
femenina.
Recuerdo la del 2007 llegué a las 2am al Complejo del CNI,
la fiesta era con Explosión, había demasiada gente, no sé podía bailar, peor
comprar algo, por tal incomodidad decidimos esperar hasta un poco de gente se
retire. A eso de las 4y 30 am, al fin pudimos entrar a la pista de baile, yo tenía
algo de sueño pero tenía optimismo de divertirme Pero a eso de las 5 de la
mañana se inició una horrenda lluvia torrencial, que en un par de minutos
desarmó el estrado de la orquesta que justamente estaba ubicado fuera de la
parte techada del complejo. A las 5am el complejo era un velorio, miles de personas tristes, no me quedo otra cosa más que sentarme en una caja de cerveza vacia y abrazar a mi acompañante. La gente estaba cada vez más triste porque tampoco podía salir de complejo por la contundencia de la lluvia. Así nos dio el día replegados como refugiados, cansado de esparar a eso de las 8 y 30 de la mañana decidimos salir agarré la moto que estaba sumergida en la cochera inundada del Complejo y tuvimos que salir. Igual me mojé, me aburrí, lo único bueno fue que no gasté.
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