Carnaval manda y nadie demanda
Llegué a casa pasada la una de la mañana, si bien es cierto el calor aún no se había agotado del ambiente, me sorprendió encontrar a familias enteras aglomeradas en las calles echando agua a los transeúntes.
Esta conducta colectiva se ha apoderado de Iquitos, sobre todo en las últimas 2 semanas, donde no les importan la hora, el clima, el origen, el rango, la importancia o las circunstancias de los transeúntes, igual los mojan o ensucian. Bajo el lema “Carnaval manda y nadie demanda” el desorden característico de enero y febrero, ha extendido sus brazos este año de manera muy fuerte. Las cabaciñas (globos pequeños llenos de agua) y baldes han pasado a gobernar la ciudad, y han despertado la burla de unos, el placer de otros y la rabia y frustración de la mayoría de victimas.
Desde muy niño escuché que el Carnaval es parte de nuestra tradición, identidad, esencia, alegría, todos me lo aseguran, pero casi nadie realmente conoce desde cuando lo celebramos o su verdadera razón de ser. Sin embargo el 2006 cuando tuve la oportunidad de visitar la llamada capital cultural de la Amazonía, me estoy refiriendo a la hospitalaria ciudad de Lamas, en la región San Martín, pude percibir la estrecha relación de su cultura local con nuestro acervo cultural. Lamas sirvió ancestralmente de espacio en el que se lograron fusionar las antiguas cultura andina y amazónica. Allí nacieron casi todas las actuales tradiciones y costumbres populares amazónicas. Y ello es fácilmente observable por los colores, vocablos, creencias y otros elementos.
Todos los años la ciudadania iquiteña espera que no haya muertos, hasta ahora no sé si alguien lleva la cuenta, lo poco que recuerdo se refieren a 3 personas, la primera falleció en plena tumba de la humisha, pues justo le golpeó en la cabeza el caparazón del motelo (tortuga amazónica) colgado en la humisha, eso fue una “verdadera venganza del motelo”. Los otros 2 casos han sido por accidentes de transito generados en pleno ataque carnavalero
Y precisamente los accidentes de transito son actualmente el problema más grave del carnaval amazónico. Pues los ataques carnavaleros son muchas veces sorpresivos que generan reacciones inesperadas. Principalmente ello ha generado consecuencias y conflictos complicados. Cuando el caos carnavalesco toma la ciudad, ésta se convierte en tierra de nadie e incluso se buscan formas propias para arreglar los problemas, son decenas de casos de conflictos ocasionados por los agresores carnavalescos o por las reacciones de los afectados, y esto último incluso ha generado batallas campales con resultados muy lamentables.
Hoy en más del 60% de las cuadras de la ciudad se colocará la humisha (palmera denominada huasai, se cortan cientos de árboles que viva la deforestación), la adornarán con regalos, y sobre ella en la noche se generará la juerga. Para que mañana después del medio día la ciudad deje de brindar garantías constitucionales, y los carnavaleros ataquen con cualquier cosa y a quien sea (listado de algunos insumos heces humanos y animales, picho huayo, achiote, barro, mayonesa malograda, medicinas vencidas, carbón, grasa, aceite de moto, pinturas, sudor de axilas, betun, ají, huevo podrido, etc etc.). Mañana ni loco salgo.
Definitivamente no me queda otra así buscare un buen libro que leer, me refugiare en el cable o en Internet, pues la ciudad estará inaccesible. Al menos que quiera desenfrenadamente unirme a esta celebración que nunca realmente me llamó la atención. Aunque por ahí uno de mis patas me invitó a formar parte de la comisión interinstitucional evaluadora de la humishas, que mañana domingo recorrerá todo Iquitos para premiar la mejor, ¿tentadora propuesta?. Para mí no.
Esta conducta colectiva se ha apoderado de Iquitos, sobre todo en las últimas 2 semanas, donde no les importan la hora, el clima, el origen, el rango, la importancia o las circunstancias de los transeúntes, igual los mojan o ensucian. Bajo el lema “Carnaval manda y nadie demanda” el desorden característico de enero y febrero, ha extendido sus brazos este año de manera muy fuerte. Las cabaciñas (globos pequeños llenos de agua) y baldes han pasado a gobernar la ciudad, y han despertado la burla de unos, el placer de otros y la rabia y frustración de la mayoría de victimas.
Desde muy niño escuché que el Carnaval es parte de nuestra tradición, identidad, esencia, alegría, todos me lo aseguran, pero casi nadie realmente conoce desde cuando lo celebramos o su verdadera razón de ser. Sin embargo el 2006 cuando tuve la oportunidad de visitar la llamada capital cultural de la Amazonía, me estoy refiriendo a la hospitalaria ciudad de Lamas, en la región San Martín, pude percibir la estrecha relación de su cultura local con nuestro acervo cultural. Lamas sirvió ancestralmente de espacio en el que se lograron fusionar las antiguas cultura andina y amazónica. Allí nacieron casi todas las actuales tradiciones y costumbres populares amazónicas. Y ello es fácilmente observable por los colores, vocablos, creencias y otros elementos.
Todos los años la ciudadania iquiteña espera que no haya muertos, hasta ahora no sé si alguien lleva la cuenta, lo poco que recuerdo se refieren a 3 personas, la primera falleció en plena tumba de la humisha, pues justo le golpeó en la cabeza el caparazón del motelo (tortuga amazónica) colgado en la humisha, eso fue una “verdadera venganza del motelo”. Los otros 2 casos han sido por accidentes de transito generados en pleno ataque carnavalero
Y precisamente los accidentes de transito son actualmente el problema más grave del carnaval amazónico. Pues los ataques carnavaleros son muchas veces sorpresivos que generan reacciones inesperadas. Principalmente ello ha generado consecuencias y conflictos complicados. Cuando el caos carnavalesco toma la ciudad, ésta se convierte en tierra de nadie e incluso se buscan formas propias para arreglar los problemas, son decenas de casos de conflictos ocasionados por los agresores carnavalescos o por las reacciones de los afectados, y esto último incluso ha generado batallas campales con resultados muy lamentables.
Hoy en más del 60% de las cuadras de la ciudad se colocará la humisha (palmera denominada huasai, se cortan cientos de árboles que viva la deforestación), la adornarán con regalos, y sobre ella en la noche se generará la juerga. Para que mañana después del medio día la ciudad deje de brindar garantías constitucionales, y los carnavaleros ataquen con cualquier cosa y a quien sea (listado de algunos insumos heces humanos y animales, picho huayo, achiote, barro, mayonesa malograda, medicinas vencidas, carbón, grasa, aceite de moto, pinturas, sudor de axilas, betun, ají, huevo podrido, etc etc.). Mañana ni loco salgo.
Definitivamente no me queda otra así buscare un buen libro que leer, me refugiare en el cable o en Internet, pues la ciudad estará inaccesible. Al menos que quiera desenfrenadamente unirme a esta celebración que nunca realmente me llamó la atención. Aunque por ahí uno de mis patas me invitó a formar parte de la comisión interinstitucional evaluadora de la humishas, que mañana domingo recorrerá todo Iquitos para premiar la mejor, ¿tentadora propuesta?. Para mí no.
Labels: amazonia, belen iquitos, carnaval, humisha
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