Chespirito el Grande

La vivencia preferida que mi vieja comenta sobre mi infancia, es indudablemente un extenso lloriqueo que me ocasionó el ver al Señor Barriga aplastar en el piso de la vecindad a Don Ramón, que lo dejó hecho un papel. Mi vieja siempre celebra el grito fatal que lancé“Ya no le voy a ver a Ramoncito” , en verdad no podría describir lo que en ese momento sentí, apenas había cumplido cuatro años, lo único que se me viene a la mente es una profunda y frustrada pena, sin embargo el ver imágenes por la Tv, de la actual visita de Chespirito al Perú ha despertado en mí muchos sentires y muy deliciosas nostalgias.

Tengo que admitir que si de infante tuve un héroe ese fue “El Chapulin Colorado”, y el programa que no me perdía todos los días era “El Chavo del Ocho”. En estos días me he estado preguntando la razón de tanta empatía de estos cómicos mexicanos con la gente de Latinoamérica, entre tantas cosas pienso que el principal motivo de su éxito es que sus personajes se basan en estereotipos tan vivos de nuestra realidad latinoamericana, con lenguajes, fisonomías y situaciones tan comunes que todos en algún momento de nuestras vidas hemos sentido que nuestro barrio tiene mucho parecido con la vecindad del chavo. La gente vee en sus programas su dura realidad inyectada de humor, sienten como si su vida estaría cerca de estar reflejada en televisión pero vistas con mucha frescura y positivismo, eso hace que sientan que a pesar de lo dura que sea la vida, uno tome las cosas “por el lado amable“. Por otro lado el Chapulin Colorado es el único héroe latino que conocí. Toda esa identificación que consiguen los programas de Chespiritu es algo parecido al tipo de fenómeno que desatan las leyendas de chicheros como Chacalon y otros en Lima.

Chespirito es un icono de igualdad, pues lo prefieren los ricos y pobres, los grandes y chicos, y lo veen en el campo y la ciudad, igual se ríen allá lejos en la frontera del Putumayo y en lo lujosos hoteles de San Isidro. El lenguaje más hermoso que posee el genero humano es indudablemente la sonrisa, y Roberto es experto en ella, por ello que todos lo entendemos, sus programas que a pesar de haber comenzado en los 60s, han trascendido en el tiempo, como muy pocas cosas.

Quien no recuerda los capítulos del Chavo en Acapulco, el Chavo Ratero, el Chavo Torero, la Vecindad electrocutada, o el Capitulo del Perro Arrepentido o cuando espiaron a la Bruja del 71, entre otros. Son capítulos que siempre despiertan especial atención, y son muy comentados entre los televidentes. Una de las cosas que me preguntaba en los 80s era ¿Quién era Gustavo Borja?, que era el ídolo futbolístico del Chavo. Llegue a pensar en su momento que él iba jugar el mundial del 86 (lo confundí con Hugo Sánchez), recién hace unos años en un documental sobre el futbol mexicano me enteré que este jugador fue un ídolo de los 70.

Recuerdo que a inicios de los 90, America Tv, dejo de transmitir su señal en Iquitos, por la conclusión de relaciones con Amazónica de Tv, que era la concesionaria local. Los Iquiteños nos quedamos por algunos años sin ver los programas de Chespirito, y cuando America Tv, volvió a Iquitos con señal propia, fue todo un suceso yo ya estaba en plena secundaria, ello generó todo un acontecimiento para mí y mis patas, todos hablábamos del mate de risa que era el chavo. Estábamos en plena adolescencia, pero seguíamos riendo como publico infantil. Y así pasaron los años, y ahora cada vez que encuentro sigo prefiriendo los programas de Chespirito, y no estoy lejos de llegar a base 3. Ello pues es la consecuencia del trabajo de este genio. Que ha sido capaz de perdurar en el tiempo, ese humor sencillo y cotidiano a encantado la preferencia de Latinoamérica y ha cautivado a niños, padres y abuelos.

Eso es lo que representa el trabajo de Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, genio de la comicidad, ubicado en el mismo nivel de otros gigantes como Cantinflas. Viendo por otro lado este mismo tema el surgimiento de este tipo de artistas es la consecuencia del trabajo serio y de la apuesta mexicana por las producciones para el cine y la televisión. Pues en México existen fabricas de artistas en diversas ramas. Incluso admito que siento envidia porque en el cable existan canales mexicanos que exclusivamente pasan películas mexicanas, siempre me pregunto ¿Tantas películas han hecho los mexicanos? Cuya industria ha generado y sigue generando decenas de producciones para la pantalla grande y pantalla chica, junto a cientos de artistas de dimensión mundial, y desde hace muchas décadas, y aquí en el Perú apenas podemos contar con los dedos de la mano las películas peruanas. Acá en el Perú la última vez que sentí que estábamos haciendo algo, fue cuando hacia novelas Iguana Producciones, cuya camada de actores mayoritariamente viene triunfando en el exterior, después de ello nuevamente se apagó la llamarada, es como en el futbol si queremos ser buenos debemos trabajar en serio y con mucha inversión.

Volviendo a mi afición innegable por el trabajo de Chespirito, estoy seguro que muchas nuevas generaciones seguirán aprendiendo a sonreír con las ocurrencias de este gigante del humor mundial. Me siendo bien al admitir mi admiración por su talento de alguien que aún sigue vivo. Pues en nuestro país mayormente alardeamos y reconocemos el talento de la gente una vez que han muerto. Grande Maestro, el Perú se rinde a tus pies.