Perdí un amigo, en el día de la amistad

Dicen que hoy es el día de la Amistad, por lo que he tratado de recordar a algunos amigos que perdí por diversas circunstancias de la vida. Por lo que les cuento que:

Perdí un amigo, por la sabia decisión de sus padres de llevarlo a estudiar en Lima. El compadre se fue de muy pequeño, y quizá hasta ahora lo extraño.

Perdí un amigo, por sus desconsideraciones, irresponsabilidades y falta de solidaridad. Su descuido me pudo empujar al abismo. En medio del problema abandonó el barco, misma rata pirata. Nunca más volvimos a conversar, y por lo que veo, tampoco le importó arreglar el tema.

Perdí un amigo, por sus ánimos perversos de atrasarme con una hembrita del cole. Íbamos a todas partes, que cosas no pasé con él, caíamos a las flacas a inicios de los 90s, cuantas veces nos hicieron correr los delincuentes juveniles de esas épocas. Hoy ni siquiera nos miramos.

Perdí un amigo, por su matrimonio inesperado, después de ese día nunca se pareció a mi verdadero pata, al que tantos años tuve a lado, en las buenas y en las malas. Se que el matrimonio es un cambio, pero no hay motivos para detestar a tus patas solteros. En verdad nunca entendí por que tanto cambio y diferencias.

Perdí un amigo, por su tonta envidia infundada, por tanto cuchillo en la oscuridad. Es cierto que me enseño a ver varios caminos, sin embargo después de mil actitudes siniestras, nunca entendí tanta mala intención.

Perdí un amigo, por un pelotazo que le di en su cara, en verdad no fue mi intención, el futbol a veces es así, ello me costó una correría en el parque, y una actitud violenta tan inexplicable que hasta ahora no puedo entender.

Perdí un amigo, por su mal gusto e ingenuidad, por ser presa fácil para zorra manipuladora de menos de 10 céntimos (incluso pude estar en su lista). Siempre se mereció algo mejor, no pudo esperar un poco más, me dolió haberle visto webon. Me llega que siga ciego. Que pena que nunca le pude explicar y entender, que las mujeres son igual de malas que los hombres.

Perdí un amigo, por la moda monse y sus malas compañías. Después de tantas carreras juntas y mutuas defensas, nunca pude concebir ser su enemigo a unos años, y sin explicación.

Perdí un amigo, por su millón de mentiras, sus miles de patrañas, por sus incontables sables y maquiavélicas soluciones. Al final la que dolió fue un suceso delincuencial, que me costó apañar por mantener la amistad. Tarde o temprano tuvo que acabar.

Perdí un amigo, por su falta de seriedad y dejadez, por la ligereza con que toma la vida, por no haberse dado cuenta a pesar que le insistí, que uno debe ser serio en alguna parte de su vida, por haberme fallado las cincuenta mil veces que lo hizo. En verdad le agradezco tantas atenciones y hasta apoyo en combate, sin embargo hasta ahora no puedo concebir tenerlo cerca. Por temor a que siga retrasando mis asuntos.

IAN, JEFER Y RAFA, GRACIAS POR SER MIS PATAS DESDE EL COLE.