Nauta: Obsesionada intentó matarme
Era una de esas noches de lujuria, durante mi época universitaria, me visitaban en Nauta mis patazas de la facultad de Educación. Todos estaban ansiosos por ir a la famosa discoteca “Las Orquideas”, un desaparecido hueco que por esos años era el único refugio existente para despejar la mente. Ahora no creo que exista algo allí.
Aquella noche el vallenato y los cuentos de la cripta era lo más solicitado por los bailadores. Mi rueda estaba en algo, éramos 4 patas, recuerdo que nuestras caras denotaban alegría, aunque no habían muchas ruedas de chicas, pero algo teníamos que conseguir. Aunque recuerdo que por esos días, tenia enamorada de la facultad. Pero esa noche tenía que ser buen anfitrión de mis patas.
Al rato hicimos contacto con una rueda de 3 chicas, que bailaban entre ellas. Las tres eran nautinas, yo había visto alguna vez a una, a las otras 2 en ningún lugar. Por algún motivo la más morena se me pegó mucho. Pasaron 9 o 10 canciones y no nos apartamos. Al final fuimos a parar en la huerta de “Las Orquideas” y los besos no paraban. Algo parecido pasó con otro amigo del grupo con una de sus amigas.
Al final de la juerga, salí acompañado de la chica, como hacía frío de madrugada, los abrazos y besos continuaron, y caminamos varias cuadras, pues en Nauta en esos días era complicado encontrar mototaxis. Llego un momento que me animé preguntarle ¿ donde vives?. Me sorprendió que la chica viviera a una cuadra de mi casa. Que raro pues no la había visto antes. Yo tenía 19 años, ella recién había cumplido 17.
Llegamos a la esquina de mi casa, no voy a comentar lo que pasó en esa vereda, pero le hice quedar media hora más conmigo. No le prometí nada, y nunca hablamos de algo parecido a formalidad. Así se acabo esa noche de pasión callejera, muy cerca del nacimiento del río Amazonas.
La mañana siguiente toparon la puerta muy temprano, me moría de sueño, pero tuve que salir a abrir. Mis patas seguían durmiendo en la colchoneta de la sala. Abrí la puerta y era ella, y diciéndome: “ya volví amor, te extrañé toda la noche“. Yo en verdad quedé consternado, y le tuve que mentir que tenía que salir con los patas, para que no intente quedarse en mi casa. Ella se fue a la casa de una vecina, que supongo era amiga suya, y yo tuve que sacar la pelota e inventar un partido de fútbol, para quedar bien.
A la hora que regrese a almorzar nuevamente vino a mi casa, diciéndome “¿amor ya podemos estar juntos?”. Mis patas se burlaban de mí, yo tranquilito trataba de disimular, tuve que dejar todo para atenderla.
Se puso a abrazarme y cada cierto momento a buscar mis besos, yo aún no podía entender que estaba pasando. Así que tuve que inventar otra salida hacia el centro de Nauta para alejarme de ella. A las 2 horas regresé, y a la hora ella nuevamente estaba en mi puerta, sus caricias y besos ya me estaban asfixiando.
Toda la tarde se la pasó, viéndome jugar fútbol, hasta ahora no entiendo el porque me hacia tanta barra, si yo era el más malo de la cancha. Se alocaba cada vez que yo fallaba los goles. Aunque ya había traído, no sé de donde a un grupo de sus amigas, y armaron un tumulto.
A las 7 de la noche, mis amigos tenían que regresar a Iquitos, les acompañe a poner sus hamacas en la lancha, y yo trababa de hacer hora, para escabullirme de la chica. Regresé a las 8, y la encontré en la vereda de mi vecina. Y me dijo “te estaba esperando amor” Yo no lo podía creer, yo trataba de comprender lo que estaba pasando, pero la chica me estaba asfixiando. Entró a mi casa, y ahora si estábamos solos, hubieron muchos besos, pero yo ya estaba incomodo con tanta posesión por parte de la chica.
Así que decidí explicarle, que estábamos yendo muy apresurados, que deberíamos ir un poco más lento. Y me dijo “Que te crees, acaso crees que te vas a burlar de mí”. Y me lanzó un fuerte lapo, que dejo mi rostro rojo del impacto. Le dije que se tranquilice y ahora sacó un puñete que escapó mi cara.
Al rato logré tranquilizarla, y nuevamente me estaba besando, le dije que ya era tarde que iba a dormir, y nuevamente comenzó a golpearme. Así que yo salí a mi sala y le dije que por favor se retirara. Me dijo que no, la note muy extraña, algo tenía en sus manos, cuando le pedí que se retirara nuevamente, me dijo que no se iba ir, y me mostró el cuchillo grande de mi cocina, y intentó atacarme. Yo tuve que esquivarle y le dije que estaba loca. Me atacó varias veces, yo tuve mucho cuidado, ella estaba fuera de control.
Intenté quitarle el cuchillo, pero la chica tenía mucha fuerza. Ella aprovechaba que mis manos cogian su brazo derecho y con el izquierdo continuaba dándome puñetazos. Yo intentaba quitarle y no tenia éxito, hasta que pude hacer que derribe el cuchillo, lo cogí y escondí. La chica se sentó en la silla de mi sala, y dijo que no se iba mover de allí, hasta que le confirme que yo tenía intenciones matrimoniales.
Aquella noche el vallenato y los cuentos de la cripta era lo más solicitado por los bailadores. Mi rueda estaba en algo, éramos 4 patas, recuerdo que nuestras caras denotaban alegría, aunque no habían muchas ruedas de chicas, pero algo teníamos que conseguir. Aunque recuerdo que por esos días, tenia enamorada de la facultad. Pero esa noche tenía que ser buen anfitrión de mis patas.
Al rato hicimos contacto con una rueda de 3 chicas, que bailaban entre ellas. Las tres eran nautinas, yo había visto alguna vez a una, a las otras 2 en ningún lugar. Por algún motivo la más morena se me pegó mucho. Pasaron 9 o 10 canciones y no nos apartamos. Al final fuimos a parar en la huerta de “Las Orquideas” y los besos no paraban. Algo parecido pasó con otro amigo del grupo con una de sus amigas.
Al final de la juerga, salí acompañado de la chica, como hacía frío de madrugada, los abrazos y besos continuaron, y caminamos varias cuadras, pues en Nauta en esos días era complicado encontrar mototaxis. Llego un momento que me animé preguntarle ¿ donde vives?. Me sorprendió que la chica viviera a una cuadra de mi casa. Que raro pues no la había visto antes. Yo tenía 19 años, ella recién había cumplido 17.
Llegamos a la esquina de mi casa, no voy a comentar lo que pasó en esa vereda, pero le hice quedar media hora más conmigo. No le prometí nada, y nunca hablamos de algo parecido a formalidad. Así se acabo esa noche de pasión callejera, muy cerca del nacimiento del río Amazonas.
La mañana siguiente toparon la puerta muy temprano, me moría de sueño, pero tuve que salir a abrir. Mis patas seguían durmiendo en la colchoneta de la sala. Abrí la puerta y era ella, y diciéndome: “ya volví amor, te extrañé toda la noche“. Yo en verdad quedé consternado, y le tuve que mentir que tenía que salir con los patas, para que no intente quedarse en mi casa. Ella se fue a la casa de una vecina, que supongo era amiga suya, y yo tuve que sacar la pelota e inventar un partido de fútbol, para quedar bien.
A la hora que regrese a almorzar nuevamente vino a mi casa, diciéndome “¿amor ya podemos estar juntos?”. Mis patas se burlaban de mí, yo tranquilito trataba de disimular, tuve que dejar todo para atenderla.
Se puso a abrazarme y cada cierto momento a buscar mis besos, yo aún no podía entender que estaba pasando. Así que tuve que inventar otra salida hacia el centro de Nauta para alejarme de ella. A las 2 horas regresé, y a la hora ella nuevamente estaba en mi puerta, sus caricias y besos ya me estaban asfixiando.
Toda la tarde se la pasó, viéndome jugar fútbol, hasta ahora no entiendo el porque me hacia tanta barra, si yo era el más malo de la cancha. Se alocaba cada vez que yo fallaba los goles. Aunque ya había traído, no sé de donde a un grupo de sus amigas, y armaron un tumulto.
A las 7 de la noche, mis amigos tenían que regresar a Iquitos, les acompañe a poner sus hamacas en la lancha, y yo trababa de hacer hora, para escabullirme de la chica. Regresé a las 8, y la encontré en la vereda de mi vecina. Y me dijo “te estaba esperando amor” Yo no lo podía creer, yo trataba de comprender lo que estaba pasando, pero la chica me estaba asfixiando. Entró a mi casa, y ahora si estábamos solos, hubieron muchos besos, pero yo ya estaba incomodo con tanta posesión por parte de la chica.
Así que decidí explicarle, que estábamos yendo muy apresurados, que deberíamos ir un poco más lento. Y me dijo “Que te crees, acaso crees que te vas a burlar de mí”. Y me lanzó un fuerte lapo, que dejo mi rostro rojo del impacto. Le dije que se tranquilice y ahora sacó un puñete que escapó mi cara.
Al rato logré tranquilizarla, y nuevamente me estaba besando, le dije que ya era tarde que iba a dormir, y nuevamente comenzó a golpearme. Así que yo salí a mi sala y le dije que por favor se retirara. Me dijo que no, la note muy extraña, algo tenía en sus manos, cuando le pedí que se retirara nuevamente, me dijo que no se iba ir, y me mostró el cuchillo grande de mi cocina, y intentó atacarme. Yo tuve que esquivarle y le dije que estaba loca. Me atacó varias veces, yo tuve mucho cuidado, ella estaba fuera de control.
Intenté quitarle el cuchillo, pero la chica tenía mucha fuerza. Ella aprovechaba que mis manos cogian su brazo derecho y con el izquierdo continuaba dándome puñetazos. Yo intentaba quitarle y no tenia éxito, hasta que pude hacer que derribe el cuchillo, lo cogí y escondí. La chica se sentó en la silla de mi sala, y dijo que no se iba mover de allí, hasta que le confirme que yo tenía intenciones matrimoniales.
Luego entró a mi huerta, yo le dije que por favor se retire que hablaríamos luego, y dijo que no quería, y encontró otro cuchillo y nuevamente comenzó a amenazarme. Yo ya había abierto la puerta, y justo la mamá de mi amigo pasaba. Y vio a la chica, la llamó por su nombre, y entró a mi casa. Resulta que la mamá de mi amigo, era muy amiga de la mamá de la chica, así que la señora le llamo la atención, y al fin logró sacarla. Ella me dijo que se retiraba pero que de todas maneras iba regresar.
Esa noche al empezar a dormir, me entró un terror. Llegué a temer que la chica entrará por la huerta, pues la mía daba a la suya. Me agarró insomnio, no pude dormir y a la mañana siguiente, y muy tempranito deje Nauta, y me regresé a Iquitos. Y volví cuando comenzaron las clases. Lo bueno es que no la volví a ver, hasta pensé en cambiarme de casa. Y todo eso me paso por darme de apuradito y por creerme un galán. Tranquilamente pude salir lastimado.
Nota: No estoy orgulloso de este acontencimiento, si lo comparto es para que algunos chistositos, como yo en ese tiempo, tengan cuidado.
2 Comments:
Tuviste mucha suerde estar ahora contando esta experiencia y todo por ir muy apuradito pe. Como dirian por ahi no juegues con fuego porque te puedes quemar y vaya que casi te sancochas. Los jóvenes y algunos adultos a veces hacen cosas sin medir las posibles consecuencias de sus actos. Esto es un llamado a la reflexión para que la próxima que quiera alguien divertirse y demostrar a los demás lo galán que es, lo piense dos veces porque puede terminar muyyy mal.
uhm!!!! puffff supongo k te sirvio como una lecciòn!!! ahora decir "NO" A los agarres ja
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