Saturday, January 26, 2008

Corrupción y criollada

A veces me es incomodo el hecho de encontrar en la web comentarios desfavorables sobre nuestro país, y sobre todos los peruanos. Algunos echaran la culpa a Laura Bozzo y su programa en todas las Americas. Sin embargo esas consecuencias vienen desde muchas décadas, y pues estoy convencido que nuestro problema no es la falta de dinero o el conocimiento de tecnologías, si no es la mala actitud generada a causa de la mala educación y malas costumbres adquiridas.

Se dice que los peruanos cuando van al exterior, son cochinos, piden dinero y tienen aspecto físico desagradable, no respetan las señales de transito , el uso baños, ni las normas de conducta, y mayormente están poco preparados intelectualmente para desempeñarse en posiciones de vanguardia en el extranjero. Y algo más grave aún, a la mayoría de peruanos (y en esto nos ganan los colombianos) se nos asocia con negocios ilegales y el narcotráfico.

Lo curioso es que esos mismos motivos por lo que se nos cuestiona, son síntomas comunes en todas las ciudades del Perú. Donde lo común es que el irrespeto y el desorden imperen, sin que nadie haga algo para mejorar. Con gobiernos de corto plazo donde la ignorancia y desorden en la gente les ayudan a mantener su poder y a preservar lo que ellos bautizan como democracia. Con medios de comunicación que en su afán de vender a toda costa, sacan cualquier porquería que cause asombro al ignorante comprador, el mismo que luego de un largo proceso de recepción de información, no tiene argumentos ni perspectivas para tener un sentido crítico de la realidad. Con una educación infestada de vació y perspectiva, con las peores calificaciones en el mundo y albergando docentes y alumnos que sólo viven mendigando la lastima del gobierno. Con un país perdedor en identidad, deportes, economía sostenible (pues vender materias prima no es sostenible), sin salud, sin justicia que al final empujan a los pobres del Perú a no tener vida propia. Pero sobre todo con la corrupción intitucionalizada, en el cole, la universidad, en la calle, en el hospital, en el complejo, en el poder judicial, en el congreso, en los partidos políticos y de futbol, en los municipios, en las fuerzas armadas, en las fuerzas desarmadas, en el río y en el aire, en el mar y las montañas, en la radio y la tv, en el gobierno, en el bar de la esquina y en la internet.

Ese es nuestro verdadero problema, ya nos invadió y vivimos con ella. Y mientras no la saquemos de acá, este país no saldrá adelante, pues no podremos construir veredas ni verdaderas carreteras, caminos, escuelas, no haremos verdaderos baños públicos o la compra de la leche. Pues lastimosamente en cada compra que hace el estado, tengo el mal pensamiento de que allí existe un grupo con su tajada, y mayormente en las compras grandes, los montos para el grupito son mayores que para los bienes. ¿Y que pasa luego?, la obra no sirve, se cambia de autoridades, se denuncia a los anteriores y de nuevo se presupuesta, y así sucesivamente. Pasan 30 años, y un problema que era tan sencillo nunca se pudo resolver. A esas autoridades se les dice “autoridades criollas”.

Se abran preguntado alguna vez, donde se generó todo eso, pues yo creo que surgió de la fusión español vandalo- indigena americano. No es los españoles hayan sido una mala raza, sino que lo que fueron enviados al Perú eran selectivamente la escoria de la sociedad, y tenían el mandato llenar lo más pronto posible sus barcos de oro y llevarlas para España a ser parte de la realeza, y ello es algo parecido a lo que hacen nuestras autoridades hoy, pues tratan de llenar sus cuentas bancarias, para luego largarse a vivir como reyes en el extranjero. En fin ojala sea pura coincidencia.

Por otro lado a todos esos patrones de conducta incorrecta, le han dado identidad nacional y le denominan “criollada”, como si ser criollo tendría el equivalente a ser pendejo. Y tan mal nos ha ido que esa definición de “criollada” se ha fusionado con “peruano”, y para muchos es el estereotipo de los peruanos de nuestros tiempos.

¿Que hacemos para cambiar?, indudablemente en los hogares, nidos, escuelas y universidades, se tendrían que hablar de tema (incluir todos los ciclos cursos de ética), y con el cambio generacional tendrían que esperar frutos en el extremo largo plazo. Ahora con ello, no se me ha ocurrido quien podría enseñar en los colegios sobre ética y moral, pues hasta esos 2 conceptos ya se han criollizados.

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