Monday, September 10, 2012

20 años luego de la captura de Abimael


Como si sólo hubieran pasado  5 años,  recuerdo la noche de un  fin de semana del 92 en que fue capturado Abimael Guzmán. Apenas había entrado a estudiar la  secundaria en Rosa Agustina. Esa noche se caracterizó por constantes anuncios televisivos y por curiosidad de seguir cada segundo de los programas dominicales. Eran otros tiempos, en Iquitos había apenas 4 canales que emitían programas de televisión, mis familiares habían salido, me encontraba sólo en casa. 

Sendero Luminoso había convertido la vida del Perú  en una película de terror, los cochebombas  eran tan frecuentes como las lluvias en Iquitos. A Abimael desde fines de los 80 le habían puesto precio a su cabeza, llego a costar un millon de soles, era el pez gordo. La primera vez que yo pregunté por él, consultaba a mi profesora de sexto grado sobre el presidente “Gonzalo”, ya que había visto en Panorama, sobre el trabajo de los senderistas en los ríos cuzqueños. En Loreto fuera del enfrentamiento de Lagunas, no se recuerda alguna otra intervención armada.

Recuerdo  antes del 86 en un muro cerca de mi casa, habían unas pintas con frases como “No Votar, desarrollar la guerra popular, PCP” o “Viva el Partido Comunista Peruano”. O el asesinato de un profesor universitario a tres cuadras de mi casa, cuyos asesinos dejaron un cartón atribuyendo a sendero tal crimen (nunca supe si fue verdad). Era raro el hecho de que los terroristas siempre eran intelectuales universitarios, es como si la inteligencia les había convertido en asesinos, siempre ello fue algo curioso para mí.

En mi pubertad no tenía ninguna forma de entender sobre terrorismo, en la secundaria si tuve la curiosidad de leer algo sobre comunismo, marxismo y maoísmo, incluso tuve un profesor ya fallecido que me comentaba sobre la prohibición de la tenencia de libros sobre comunismo. Yo entendí desde mi época infantil, que los libros nos servían para aprender, no comprendía el cuestionamiento  a los libros sobre marxismo, tampoco comprendía como es que mágicamente  por leer un libro alguien se iba convertir en asesino. A finales de la secundaria yo buscaba las respuestas en varios de mis profesores, incluso al profesor de religión evangélica.

Un tiempo luego de  la captura presentaron en una jaula con uniforme de presidiario a Abimael, tenía lentes, barba semi blanca y mucha vehemencia, fue un medio día célebre, él se puso a dar un discursos defendiendo sus ideas, un grupo de periodistas se puso a cantar el hinmo nacional, tiempo luego saco un mensaje retirándose de su lucha. Y luego  su historia no casi ha tenido momentos transcendentales,  aunque en la actualidad su organización más parece una banda delincuencial corriente, movida ya no por sus libros de marxismo, sino por el verde sustento procedente del narcotráfico. Aunque desde los 80s muchos sostienen que grupos como este siempre han estado coludida con el narcotráfico.

Creo que la principal lección que nos ha dado la existencia de sendero, es que mucha gente puede justificar en  su exclusión y pobreza el motivo por el cual puede delinquir libremente, un asesinato es un crimén, y no importa que sea por ideología o ambición, es un crímen y sólo ello, y si es hecho en el marco de una idología es aún peor, pues denota una enfermedad mental, lo más preocupante es que ahora están sacando leyes, para que muchos de los miembros antiguos de senderos pronto salgan libres, y ello complicará aún las este desorden nacional.
 Algo que no construye nada en este ya miserable país. Pasaron 20 años, y mucha gente ya no recuerda lo que paso, sólo espero que nunca más existan nuevos abimaeles, ni la amnesia de la población ni tampoco a alcaguetería de mucha gente que vive muy bien estándo cerca del tema.

VIVA EL PERU CON SUS CULTURAS UNIDAS. NO A LA VIOLENCIA.