Monday, July 02, 2012

Musiquillas inovidables


Últimamente me ha faltado el tiempo para muchas cosas, la juerga es una de ellas, en verdad me resulta algo extraño, sin embargo creo que todo tiene su época. Ahora que estoy a minutos de empezar un evento sobre telecomunicaciones rurales (están preparando los equipos y cosas de ese tipo) en la fresca y fría ciudad de Pisac en el Cuzco, he buscado en mis recuerdo algunas musiquillas que me transportan a diversas épocas de mi vida, algunas lindas y otras terroríficas, en si la función de la música siempre es transmitir algo.
Musiquilla de los expedientes X. El chispiante sonido de esta serie me generaba algo de pánico a mediados de los 90s. Desde el inicio me gustó la historia, en ese tiempo no había disponible el internet y el cable no era masivo, era una de las pocas cosas disponibles que nos daba acceso a información de ciencia ficción. Hasta ahora el escuchar su musiquilla me genera atención y algún tipo de escalofrió.
Vermello (toada) nunca me preocupe por saber quién lo canta, sin embargo fue la canción que me vincula con el cierre de la secundaria, a esa despedida triste e inevitable llena de incertidumbres. Si me inyecta tristeza cada vez que la escucho.
High. El solo escuchar medio segundo de esta canción me recuerda las noches inolvidables de mi promo en la antigua catedral de la perdición de Nauta, la inolvidable disco “Las Orquideas”, durante mi universitaria (era un cajón simplón pequeño con minúsculo bar y una congeladora grande). Esa disco se llenaba con puros estudiantes universitarios habían los que compraban mucha cerveza, los que metían trago caleta y los que sólo miraban como yo (las pocas veces que fui). Ahí pues se denominó como himno de mi facultad la canción  “te quiero” de hombres G.

Que síguela de los Fantasmas del Caribe. Recuerdos cada una de las cuatro fiestas seguidas a las que asistí en Rosa Agustina el año 1993 para apoyar con los pasajes al equipo de basketbol que había que participar en los juegos nacionales. Recuerdo las luces y a  los músicos del Grupo Fligler, del que no volví a saber. Recuerdo algunos besos con compañeras de las fiestas en pleno parque zonal.

Vallenato de Avianca (esta es la peor de todas). Hace tres semanas con un grupo de amigos nos regresábamos de Bogota un viernes por la noche, todo transcurría de lo normal,  en el avión pusieron una musiquita vallenato promoviendo el turismo en Colombia, duraba unos 35 segundos. Lo repetían y repetían y luego de media hora ya me parecía agobiante. Luego pasó una hora y nos hicieron llegar a casi dos horas, y me comenzó a doler la cabeza. A eso de las 12:00am nos dijeron que se había postergado el vuelo, y que lo había reprogramado para el día siguiente. Fue todo un alboroto para quitarnos el sello del pasaporte y ubicarnos en un hotel, y al día siguiente teníamos que estar en el aeropuerto a las 6:00am. Nos hicieron pasar al avión, y por desgracia pusieron nuevamente la musiquilla, y duro por una hora y media más, recién a las 9:00am salimos y ya tenía el cerebro estropeado, algunos de mis amigos coincidieron conmigo diciendo que esa musiquilla se había convertido en una canción de terror. Luego al volver a Iquitos me entró un pánico al escuchar el género entero.
Carolina (Eddy Herrera). El año 1994 me invitaron a los 14 años de una vecina bastante popular. La verdad esa noche fue la primera vez que los chicos de mi generación (de mi barrio) nos reunimos en una fiesta, en verdad esa noche nos dimos cuenta que habíamos dejado de ser niños, todos con su mejor ropa, nunca habíamos visto a nuestras vecinas tan lindas y también es cierto que muchos de mis amigos de morían de vergüenza para bailar. Los padres de la cumpleañera unían obligatoriamente a las parejas. La cumpleañera tenía sus amigas creidas, otras chicas tenían a sus padres vigilándolas a cada momento. Yo ahí mirando con ojos maliciosos a quien iba a atacar. El momento fue inolvidable.