Sunday, January 27, 2008

Mi peor fobia adolescente









Considero que existen diversas situaciones que en mi adolescencia el sólo pensarlas me generaba pánico (claramente son de mi adolescencia ósea ya pasó). Entre ellos puedo mencionar a algunos como:

El ser sorprendido por un caimán grande en plena selva, o sino que cuando juegue fútbol en las canchas de yerba sea atacado por alguna serpiente venenosa (shushupe, jergón, etc), de la misma forma me generaba temor que un murciélago se pose en mi pie y se absorba sangre mientras duermo. En este mismo nivel está el hecho que temía que algún suegro me sorprenda in fraganti con su hija en su casa, o que alguna profesora se de cuenta de mis travesuras con alguna compañera.

Sin embargo ninguno me causaba tanto pánico como el hecho de ser atacado por un “Canero”, que es un diminuto pez que habita algunos ríos de la Amazonía. En Brasil es conocido como Candirú. Y mucha gente también le denomina Pez Vampiro, porque es un adicto a la sangre. Este punto no me causa temor, pero si el hecho de que también es un consumidor extremo de amoniaco.

Algunos se preguntaran que tiene que ver esa adicción de amoniaco con nuestra seguridad. Sin embargo antes yo no sabía que el orine de lo humanos contiene amoniaco. Cuando el canero percibe la presencia de amoniaco, así esté muy lejos va a su encuentro, y si encuentra la forma se mete e nuestro cuerpo. Para ello usa el pene, la vagina y el mismo ano. Ya se imaginan la sensación que debe causar tener a un Canero dentro de nuestro cuerpo, según unos amigos de infancia el dolor es pavorizante y desesperante. Lo peor viene luego pues es complicado sacarlo, y si no se lo hace rápidamente puede causar daños en nuestros órganos en incluso la muerte.

Para los que creían que la piraña es lo más aterrorizante que existe en el amazonas, les digo que no, pues lo que el canero ocasiona supera a cualquier película de ficción. Y yo soy sincero al contar que las veces que me bañe en el Amazonas, lo hice con mucho cuidado, pues uno nunca sabe. Y la sensación del estar ahí nos avisa que estamos expuestos a lo que la naturaleza quiera.

Por eso si vas a meterte a una playa amazónica, primero nunca te orines, segundo lleva una ropa de baño que asegure bien tus genitales y tercero, verifica que cerca exista mecanismos de primeros auxilios.

Labels: , , ,